sábado, abril 02, 2011

Reflexiones de un Kintaro Oe amateur

Alguien me dijo una vez que de lo que me cuenten no me crea nada y de lo que vea la mitad.

Mi problema siempre ha sido que he desconfiado de las cosas triviales de la vida, como ir por tal o cual callejón o quedar con tal o cual persona. Es en las cosas serias, las cosas que pueden llegar a ser algo importante, cuando me confío. Crasso error.

No os confíes, sed cabrones, nadie va a dar un duro por vosotros llegado el momento. Nadie salvo los amigos de verdad, que se cuentan como las Claymores fuertes, en números de un dígito.

Mi consejo es: Cuída a la familia y amigos de verdad, con los demás compórtate como un cabrón absoluto y desalmado.

¡A chuparla!