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La vacaciones de Semana Santa son una vacaciones que saben a poco. Pocos días y poca oferta de actividades, si acaso comer torrijas, que tampoco es que sea el summun de la diversión.
Escribo esto mientras escucho Manowar, una música ciertamente relajante, aunque un poco repetitiva en cuanto a matar gente porque si.
Imaginad:
Una procesión de Semana Santa cualquiera, con sus nazarenos, sus costaleros, sus beatas y su gente mirando.
En ese momento, aparecen en escena unos vikingos sedientos de sangre y empiezan a decapitar nazarenos, quemar ídolos, robar las cosechas y violar beatas de 70 años. Sería extrapolar la tradición vikinga de saquear, matar, quemar y violar a las tradiciones españolas.
Doble lección, multiculturalidad e historia con las mismas pérdidas humanas. ¿Quién da más?
"He matado a tus Cornettos, tú eres el siguiente"
